lunes, 30 de abril de 2018

CLOTARIO BLEST. PRECURSOR DE LA UNIDAD DEL SINDICALISMO CHILENO

CLOTARIO BLEST. PRECURSOR DE LA UNIDAD DEL SINDICALISMO CHILENO

EN ESTE NUEVO 1ro DE MAYO... DIA DE
 LA CONMEMORACION  DEL DIA  DEL TABAJADOR ...,
MI HUMILDE RECONOCIMIENTO..., 
A UN GRAN 
PERSONAJE DE LA HISTORIA DE LOS 
TRABAJADORES CHILENOS...,QUE NO
 PODEMOS 
0LVIDAR A  DON CLOTARIO BLEST.
EN ESTE PRIMERO DE  MAYO DEL 2018.
Clotario Leopoldo Blest Riffo: 1899-1990

"En mi opinión personal todos los grandes 
hombres, que entregan su vida a la accion 
social, pensando unicamente en el beneficio 
de los demas..., o los mataron, los 
encarcelaron, los exiliaron o murieron
abandonados en la extrema pobreza"

"""PRECURSOR DE LA UNIDAD DEL SINDICALISMO  DE CHILE DN. CLOTARIO LEOPOLDO BLEST RIFFO."""

Otra vez el pequeño milagro del azar en una fotografía.
 ¿Se me habría ocurrido hacerlo posar con ese
 pajarito muerto en las manos? Nunca en la vida. 
Llegué 
temprano en la mañana en cuanto había terminado 
el toque de queda (a veces es difícil acordarse de
 que vivíamos acuartelados.) Me apuró por la foto, 
pues tenía que llevar comida a los presos de la 
dictadura. De pronto se agachó al ver el pajarito,
 quizá con intención de revivirlo, y la luz del
 amanecer en su barba y pelo armaron una imagen
 difícil de prever. Me costó enfocar y mantener 
la cámara quieta con la emoción del momento.
Nació el 17 de noviembre de 1899 en Santiago. Sus padres fueron Ricardo Blest Ugarte, militar que falleció cuando Clotario
 era sólo un niño; y su madre, Leopoldina Riffo  Bustos, 
directora de escuela, educadora de gran inquietud por los temas sociales, quien acompañó a su hijo hasta muy avanzada edad. 
Pertenecían a la rama pobre de dos importantes familias de intelectuales liberales del siglo XIX: los Blest y los Gana. 

Su infancia transcurrió en una casona situada en la 
Alameda de las Delicias, donde observó desde pequeño
 el convulsionado ambiente social que comenzaba a surgir de mano de las primeras huelgas de trabajadores que se iniciaron en 
Chile a principios del siglo XX. 
En 1910 ingresó al Seminario Pontificio de Santiago,
 donde las enseñanzas de su profesor de Latín, 
el futuro arzobispo de Santiago José María Caro, 
despertaron en él su interés por las Humanidades y la 
Ciencia, y su creencia en una Iglesia orientada hacia el pueblo. 
No obstante, su gran maestro y padre espiritual fue 
el sacerdote jesuita Fernando Vives Solar, quien le hizo
 comprender la injusticia social y el deber cristiano de 
entregar todo a sus semejantes sin esperar recompensa. 

Comienza su lucha 
A los 19 años, Clotario Blest era un joven estudioso, 
sensible y de un gran misticismo. Se trasladó al Seminario
 de Concepción, ciudad en la que protagonizó su primer
 conato con la Iglesia en un acto de protesta en contra
 del rector del Seminario. Finalmente optó por abandonar el camino al sacerdocio, y escogió la lucha cotidiana al lado de los
 más necesitados. 
En 1922 Blest entró a trabajar como empleado público 
en la Tesorería General de la República; en forma 
paralela entró a un curso de Leyes en las tardes,
 pero no pudo continuar por incompatibilidad con su 
trabajo. 
Más tarde ingresó a la Universidad Católica a estudiar Filosofía y, por último, a la Universidad Libre a un curso de Química Superior; con ello pudo satisfacer sus inquietudes intelectuales. 
Su filosofía cristiana 
Clotario Blest combatió con sus ideas a la Iglesia
 tradicional, que según su opinión defendía a los 
poderosos silenciando el verdadero contenido de los
evangelios. Su búsqueda se tradujo en destruir al Cristo
 “Rey” para resucitar al Jesús “Obrero”. 
Postulaba un corporativismo cristiano como modelo 
social, donde el cristianismo animara las nuevas
 asociaciones, procurando la disciplina, la moralidad 
y la solidaridad, frente a la anarquía moral, política,
 económica e intelectual de la época. 
Su filosofía cristiana sostenía que el individuo era el fin 
de la sociedad y el Estado, y la finalidad de estos, 
propender a su perfeccionamiento moral y material. 
Sus primeros pasos en la organización sindical 

Entre 1920 y 1922, Blest asistió a las charlas y 
conferencias del dirigente del movimiento obrero 
en Chile, Luis Emilio Recabarren. Impresionado
 con sus ideas progresistas, lo siguió hasta el momento 
de su muerte. 
Por esos años, Blest ingresó al círculo de estudios
 El Surco, creado para formar conciencia socialcristiana, 
organizar sindicatos y luchar por una legislación social
 justa para la clase trabajadora. En 1927 presidió la
 Unión de Centros de la Juventud Católica para 
organizar a la juventud obrera en la capital y provincia. 
Allí conoció a su primera y única novia,
 Teresa Ossandón Guzmán. Pero ambos acordaron
 separarse para servir plenamente a Cristo. 
Ella ingresó al Convento Carmelitas Descalzas, 
donde murió en 1988, y él continuó su lucha por la 
justicia social, siendo fiel hasta su muerte, tal como 
lo prometiera a su novia, al celibato. 

Acción social 
En pleno gobierno de Carlos Ibáñez del Campo, Blest 
se vinculó a la Casa del Pueblo, para promover el 
sindicalismo, la protección de los obreros 
sindicados, y convertir estas organizaciones en la 
palanca más poderosa de la democracia. 
En esos años ingresó como militante al Partido 
Popular, cuyo periódico, El Sindicalista, pasó a ser
 la tribuna en la cual dio a conocer su pensamiento 
político. 
Entre 1928 y 1939 formó parte de la Liga Social de 
Chile, que adhirió a la República Socialista 
y al Frente Popular. 
La Asociación Nacional de Empleados Fiscales 
En 1943 los empleados fiscales formaron la
 Asociación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF), 
quedando presidida por Clotario Blest. 
Esta organización se planteó la justicia social y la 
confraternidad humana, junto al perfeccionamiento 
económico, cultural y social de los empleados públicos. 
Líder de la Central Única de Trabajadores 
El 15 de febrero de 1953 nació la Central Única 
de Trabajadores (CUT), quedando presidida por 
Clotario Blest. Se cumplía así el sueño de su vida,
 el de la unidad del movimiento obrero. 
Blest se convirtió en el líder indiscutible de esta nueva
 organización, dada su capacidad de aunar el amplio
espectro ideológico sindical, privilegiando por sobre
 las posiciones políticas e ideológicas, las defensa
 férrea de los derechos de los trabajadores. 
Perseguido 
En 1954 Blest fue confinado por primera vez a la Cárcel
 Pública por órdenes del Presidente Ibáñez 
del Campo, tras haber pronunciado un encendido
 discurso en el que se refirió a él como el “traidor de la clase obrera y de la Nación”. 
Luchó férreamente en favor de la derogación de la Ley de Defensa de la Democracia, llamada Ley Maldita, dictada por el presidente Gabriel González Videla. Denunció también los privilegios de las Fuerzas Armadas y Carabineros en desmedro de la clase trabajadora. 
Desde ese momento y hasta 1961, fecha en que abandonó
la presidencia de la CUT, debió afrontar la persecución 
y los arrestos de parte de los gobiernos de turno, 
y las divisiones sindicales dentro de la misma 
central. Protagonizaría la huelga de trabajadores más 
numerosa en la historia de Chile: la de 1955 en contra del Presidente Ibáñez. 
Defensa de los Derechos Humanos 
Clotario Blest fue un gran admirador de Gandhi 
y Martin Luther King. Siguió la senda de estos 
maestros de la no violencia activa. Durante el régimen 
militar encabezado por el general Augusto Pinochet 
asumió la lucha en contra de la violación a los 
Derechos Humanos, liderando manifestaciones, tomas y ayunos. 

Desde 1970 dirigió la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos y en 1976 fundó, en su propia casa, la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, junto al cardenal Raúl Silva Henríquez
 y el sacerdote Cristián Precht, vicario de la Solidaridad. 
El Premio de la Paz 
Su importante rol en la defensa de los derechos
 humanos le valió en octubre de 1978, el Premio de la 
Paz, otorgado por el Servicio de Paz y Justicia que
 presidía el Premio Nobel de la Paz, el argentino 
Pérez Esquivel. 
En 1979, cuando Chile estuvo al borde de una guerra 
limítrofe con Argentina, y rompió relaciones
 diplomáticas con Perú, Blest participó activamente 
en la creación de la Liga por la Paz, que tenía por 
objetivo movilizar a la opinión pública en favor de esta. 
Una vejez pobre y silenciosa 
Clotario pasó sus últimos días en la enfermería de la 
Iglesia de la Recoleta Franciscana en un pequeño
 cuarto, atendido por los padres franciscanos. 
Solo y pobre, con su mameluco azul y un cordón
 franciscano amarrado a su cintura, el ahora anciano
 de 91 años, fue poco a poco extinguiéndose, 
hasta que una enfermedad respiratoria terminó 
con sus días el 31 de mayo de 1990. 
Fuente: Cristián Guerrero Lira, Fernando Ramírez Morales e Isabel Torres Dujisin. 

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