TODOS LOS AÑOS EN SEPTIEMBRE, RECUERDO A UNO/A DE LAS MUCHAS VICTIMAS DEL GOLPE MILITAR.
El poema dice así:
Somos cinco mil aquí.
En esta pequeña parte de la ciudad.
Somos cinco mil.
¿Cuántos somos en total
en las ciudades y en todo el país?
Somos aquí diez mil manos
que siembran y hacen andar las fábricas.
¡Cuánta humanidad
con hambre, frío, pánico, dolor,
¡presión moral, terror y locura!
Seis de los nuestros se perdió
en el espacio de las estrellas.
Un muerto, un golpeado como jamás creí
se podría golpear a un ser humano.
Los otros cuatro quisieron quitarse todos los temores,
uno saltando al vacío,
otro golpeándose la cabeza contra el muro,
pero todos con la mirada fija de la muerte.
¡Qué espanto causa el rostro del fascismo!
Llevan a cabo sus aviones con precisión arte sin importarles nada.
La sangre para ellos son medallas.
La matanza es acto de heroísmo.
¿Es esto el mundo que creaste, Dios mío?
¿Para qué estás siete días de asombro y trabajo?
En estas cuatro murallas solo existe un número que no progresa.
Que lentamente querrá la muerte.
Pero de pronto me golpea la consciencia
y veo esta marea sin latido
y veo el pulso de las máquinas
y los militares mostrando su rostro de matrona lleno de dulzura.
¿Y Méjico, Cuba, y el mundo?
¡Qué griten esta ignominia!
Somos diez mil manos que no producen
¿Cuántos años en toda la patria?
La sangre del compañero presidente
golpea más fuerte que bombas y metrallas.
Así golpeará nuestro puño nuevamente.
Canto, que me mal ventas
cuando tengo que cantar espanto.
Espanto como el que vivo, como el que muero, espanto.
De verme entre tantos y tantos momentos del infinito
en que el silencio y el grito son las metas de este canto.
Lo que nunca vi, lo que él siente y lo que siento
Haré brotar el momento ...
Víctor Jara escribió un último poema titulado "Somos cinco mil". El poema corrió de prisionero en prisionero en la prisión , en que convirtieron el Estadio Nacional .hasta que fue descubierto por los militares . A los que interrogaron y torturaron para descubrir quién más lo tenía. Finalmente un preso pudo sacarlo fuera. A pesar de que los golpistas intentaron borrarlo, cuando comenzó a correr, también fuera del país, una canción de denuncia de las barbaridades que se había cometido.
Mientras estuvimos en el Estadio, el 15 de septiembre, antes de torturarlo: rompiendole los dedos, quemadura de cigarrillos el dia 19 de septiembre de 1973, fué encontrado muerto en las inmediaciones del cementerio, junto otros detenidos tambien acribillados muertos , y el informe de la autopsia, que aparte de múltiples laceraciones su cuerpo, tenia 44 balazos en la espalda, un crimen sin precedentes de la DICTADURA MILITAr DE CHILE, LOS GOLPISTAS, ES DECIR LO MATARON Y LO FUERON A BOTAR como dijimos anteriormente en las afuersas del cementerio .
VICTOR JARA ¡QUIEN FUE?
De origen campesino, heredó de su madre la afición por la música. Al ser abandonados por el padre, la familia se trasladó a Santiago, una ciudad en la población Los Nogales. A los 15 años quedó huérfano e ingresó en el Seminario Redentorista de San Bernardo. Allí permaneció dos años. En 1957 ingresó en la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile. En esa época conoció una Violeta Parra, que lo acogió como discípulo.
En 1960 recibió el título de director teatral y pasó a formar parte del directorio del Instituto del Teatro de dicha casa de estudios. Dirigió varias obras de teatro y obtuvo el Premio Laurel de Oro como mejor director del año. En 1967 fue invitado a Gran Bretaña, donde recibió otro premio por su dirección teatral. Estando allí compuso una de sus canciones más conocidas, Te recuerdo Amanda, dedicada a sus padres Amanda y Manuel.
En 1968 pasó a ser el director artístico del conjunto de música popular de Quilapayún. En 1967 publicó su primer álbum musical, titulado Víctor Jara. Su segundo álbum, Pongo en tus manos abiertas (1969), coincidió con el respaldo que prestó a la candidatura de la Unidad Popular de Salvador Allende como militante de las Juventudes Comunistas. En 1970 publicó Canto libre, El derecho de vivir en paz y La población, creaciones de gran belleza y fuerza poética que lo convirtieron en uno de los máximos exponente del resurgimiento y la innovación de la canción popular en Latinoamérica.
Sus canciones tratan sobre su pueblo y sus problemas, en la línea de los cantautores de la época; con todo, su éxito internacional, las llamadas más allá de su país, Chile, para ser cantadas en cualquier momento, en particular, en la Europa de la transición.
Durante el período de gobierno de Allende fue nombrado embajador cultural del gobierno, en cuyo cargo una amplia labor hasta la fecha de su muerte. Estaba casado con la bailarina inglesa Joan Turner, quien había sido su profesora de expresión corporal en la Universidad de Chile.
Fuertemente comprometido con su entorno político, su compromiso acabó costándole la vida. Tras el golpe de estado del general Augusto Pinochet, acaecido el 11 de septiembre de 1973, se encerró con otros universitarios en la Universidad Técnica del Estado, en Santiago, para mostrar su repudio y voluntad de resistir; sin embargo, el ejercito tomó pronto las instalaciones y llevó a prisión a Jara al Estadio Chile, donde fue brutalmente torturado y asesinado el 16 de septiembre.
En septiembre de 2003, al cumplirse treinta años del golpe militar, el gobierno chileno se rebautizó al estadio con el nombre del Estadio Nacional Víctor Jara. A mediados de 2008 se reabrió la investigación judicial sobre su asesinato; el teniente coronel Mario Manríquez fue acusado del homicidio
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