miércoles, 11 de septiembre de 2019

DON SALVADOR ALLENDE G. La historia es nuestra y los hacen los pueblos»...:UN DIA 11 DE SEPTIEMBRE EN CHIJE.


UN ONCE DE SEPTIEMBRE.

LA MUERTE DE UN PRESIDENTE

DON SALVADOR ALLENDE G.




La historia es nuestra y los hacen los pueblos»:

 El último discurso de Salvador Allende, fue el día 11 de septiembre de 1973, en el también es la fecha de su muerte. En el Palacio de la Moneda de Chile, lugar que fue bombardeado por aire y por tierra. Debieron sacarlo muerto, el jamás claudicó. Con ello se perdió la Democracia y sufrió una de las disctaduras mas violentas que se ha vivido.


Discurso


Amigos míos: Seguramente esta es la última oportunidad en que me pueda dirigir a ustedes.
La Fuerza Aérea ha bombardeado las torres de Radio Portales y Radio Corporación. Mis palabras no tienen amargura, sino decepción, y serán ellas el castigo moral para los que han traicionado el juramento que hicieron ... soldados de Chile, comandantes en jefe titulares, el almirante Merino que se ha autodesignado, más el señor Mendoza, general rastrero, que solo ayer manifestó su fidelidad y lealtad al gobierno, también se ha nominado Director General de Carabineros. Ante estos hechos, solo me cabe decirle a los trabajadores: ¡Yo no voy a renunciar! Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo.
Y les digo que tengo la certeza de que la semilla que entregáramos a la conciencia digna de millas y millas de chilenos, no podrá ser segada definitivamente. Tienen la fuerza, pueden avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen ... ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos.
Trabajadores de mi patria: Quiero agradecerles la lealtad que siempre tuvieron, la confianza que depositaron en un hombre que solo fue intérprete de grandes anhelos de justicia, que comenzaron su palabra en que respetaría la Constitución y la ley y así lo hizo. En este momento definitivo, el último en que yo pueda dirigirme a ustedes, quiero que aprovechen la lección. El capital foráneo, el imperialismo, unido a la reacción, creado el clima para las Fuerzas Armadas rompieran su tradición, la que les enseñara Schneider y que reafirmara el comandante Araya, víctimas del mismo sector social que hoy estará en sus casas, esperando con mano ajena reconquistar el poder para seguir defendiendo sus granjerías y sus privilegios.
Me dirijo, sobre todo, a la modesta mujer de nuestra tierra, a la campesina que creyó en nosotros; a la obrera que preocupa más, a la madre que supo de nuestra preocupación por los niños. Me dirijo a los profesionales de la patria, a los profesionales patriotas, a los que hace días trabajando contra la sedición auspiciada por los Colegios profesionales, a los colegios de clase para el defensor también las ventajas que una sociedad capitalista da unos pocos. Me dirijo a la juventud, a aquellos que cantaron, entregaron su alegría y su espíritu de lucha. Me dirijo al hombre de Chile, al obrero, al campesino, al intelectual, a aquellos que serán perseguidos ... porque en nuestro país el fascismo ya estuvo hace muchas horas presente en los atentados terroristas, volando los puentes, cortando la línea férrea, destruyendo los oleoductos y los gaseoductos, frente al silencio de los que tenían la obligación de proceder: estaban comprometidos. La historia los juzgará.
Seguramente Radio Magallanes será callada y el metal tranquilo de mi voz no llegará a ustedes. No importa, lo seguirán oyendo. Siempre estaré junto a ustedes. Por lo menos, mi recuerdo será el de un hombre digno que fue leal a la lealtad de los trabajadores. El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El pueblo no debe dejarse arrasar ni acribillar, pero tampoco puede humillarse.
Trabajadores de mi patria: tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo, donde la tradición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor. ¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores! Éstas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano. Tengo la certeza de que, por lo menos, habrá una lección  lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición.


BOMBARDEO AL PALACIO DE LA MONEDA


















No hay comentarios:

Publicar un comentario