miércoles, 28 de junio de 2023

LA POESIA ES. MARIO ROSENCOF., ESCRITOR.


LA POESIA ES.


 La poesía es un género literario considerado como una manifestación de la belleza o del sentimiento estético por medio de la palabra, en verso o en prosa.


Diez minutos

Buenos Aires, 1942). Es un escritor chileno cuyos libros han sido traducidos a más de cincuenta idiomas y sus obras teatrales, entre ellas ...ALTAZOR

MARIO ROSENCOF

Un hito literario y testimonial sobre la vida de un preso político, cautivo de la dictadura sanguinaria uruguaya que destrozó familias, trastornó afectos, y puso a prueba vínculos y toda humana resistencia.


Me siento aquí en el patio detrás de nuestra casa en Durham,


aquí en Carolina del Norte, lejos del país natal, lejos de Chile,


mirando el gran arbol, el gran pino que esta muerto


y necesita ser talado.


Ayer el hombre dijo que vendría hoysin falta


en algún momento entre las cinco y las seis de la tarde, dijo,


y dije que sí, que estaría aquí, que venga,


y es asi que me encuentro esperando al hombre del arbol,


miro y observa el bosque que rodea nuestra casa


mientras espero que pase por aca el hombre del arbol,


el hombre que va a venir a tumbar ese arbol muerto.




El sol se está poniendo, bajando por el horizonte detrás de mí,


bajando por la corteza oscura clara del árbol la luz se desliza


durante minutos diez minutos a minuto claro y oscuro.

Palabras desde el otro lado de la muerte


Diez minutos




Me siento aquí en el patio detrás de nuestra casa en Durham,


aquí en Carolina del Norte, lejos del país natal, lejos de Chile,


mirando el gran arbol, el gran pino que esta muerto


y necesita ser talado.


Ayer el hombre dijo que vendria hoy


sin falta


en algún momento entre las cinco y las seis de la tarde, dijo,


y dije que sí, que estaría aquí, que venga,


y es asi que me encuentro esperando al hombre del arbol,


miro y observa el bosque que rodea nuestra casa


mientras espero que pase por aca el hombre del arbol,


el hombre que va a venir a tumbar ese arbol muerto.




El sol se está poniendo, bajando por el horizonte detrás de mí,


bajando por la corteza oscura clara del árbol la luz se desliza


durante minutos diez minutos a minuto claro y oscuro.




Ha crecido en este suelo desde antes de que esta casa fuera construida


antes de que yo naciera.


¿Puede tener la edad, vieja, vieja, de mi padre?


Noventa y cuatro años, eso ha vivido mi papá.


Mi papá que vive solo en Buenos Aires desde que murió mi madre.


Lo llamaré esta noche.




Hay autos que pasan por la calle cercana.


Mis ojos no se hacen cargo de su movimiento.


Están fijos en el árbol que no han venido todavía a derribar.


Un pájaro solitario, silencioso, vuela sobre mi cabeza

tro pájaro parlotea, regañando, se queja, lo sigue.


Solo una vez fluye una brisa


por las hojas tan verdes de otros arboles,


se va demorando antes de llegar a mí mientras observa el árbol que ha muerto


pero de alguna manera aun se mantiene tan erguido, tan lleno de cielo.


Puedo escuchar un avión allá arriba y el cielo es una tiza pálida de azul


claro tan claro y sin embargo sin que se vea un avion, ningun avion


cuando levanto la cabeza y miro el cielo vacío y sin promesas.


Solo el sonido.


Y pájaros, pájaros de arrepentirse. Ni uno aterriza en el árbol, ni uno.


¿Lo saben? ¿Se dan cuenta?




Son ya las seis y el hombre no ha venido.


Nada ha pasado. Nadie ha llamado a la puerta.


Ni siquiera sonó el teléfono.



Tendré que esperar, supongo, a que venga el hombre,


el hombre con su sierra, que venga y mire arriba, hacia el árbol


y me diga cuando lo va a derribar.


Supongo que tendré que esperar.




Es tan silencioso que casi puedo escuchar cómo el mundo gira.


Casi.




Supongo que tendré que esperar.

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